Fiestas Nacionales de Perrarúa
Ilustrísimo Sr. Alcalde-presidente, Excelentísimo Sr..Obispo, representantes de la Corporación Municipal, vecinos, familiares, amigos todos:

Cuando hace unas semanas recibí la llamada del Sr.Alcalde D. Javier Betorz, invitándome para que hiciera de pregonero en las fiestas de Santa Ana, sentí tanta alegría que me emocione. Es por eso que lo primero que quiero manifestar es mi más sincera gratitud y agradecimiento al Sr. Alcalde, corporación municipal y al pueblo de Perarrúa. Ha sido para mi un verdadero honor aceptar la invitación, aún sabiendo lo poco que me gusta hablar en público.
Vivian mis padres en la aldea de Pallaruelo de Monclús, al estar mi madre embarazada y buscando la asistencia de un médico, vino a Perarrúa y nací en casa Rincón, familiares cercanos.
Cada vez que vengo a Perarrúa se agolpan en mi cerebro y en mis sentidos recuerdos de la infancia que aquí transcurrió, los momentos felices, los primeros contactos con la naturaleza y el patrimonio histórico y cultural que nos rodea, que todo lo invade, los olores y los sabores de antaño, el rumor de las aguas del Ésera transcurriendo bajo el puente, esa visión lejana del Castillo del Mon. Tantas y tantas imágenes grabadas en mi memoria. No ha hecho falta tener casa propia, para sentirme siempre como si así fuera, porque en lugar de una, hemos tenido siempre varias, así me sentí siempre en Casa EL ARRENDADOR , en Casa Rincón y como no, no olvidare aquellas tertulias en casa de los Noguera, incluidas las bromas y chistes inolvidables y peculiares de Don JOSE MARIA.
Hablando de Casa El Arrendador y haciendo historia, por cierto siempre desconocí y me sorprendió que, según cuenta Iván Nadal Latorre en su reportaje del Camino Antiguo de La Fueva.
“Antiguamente, en el puente románico de Perarrúa existía un portal de madera que servia a modo de Aduana, puesto que todo aquel “forastero” que quisiera pasar por él, debería pagar una especie de tasa al Ayuntamiento. Era Casa El Arrendador la que se encargaba de esta curiosa recaudación. Este portal se retiró con la aparición de los carros con “velas” o toldos que ya no podían pasar por debajo de él por lo que fue destruido.
Y haciendo historia de Perarrúa, piedra roja como bien indica el topónimo, que vio pasar antaño por sus calles a francos, musulmanes, navarros, aragoneses, catalanes…. Tal y como alguno de nuestros ilustres como el diácono Vicente lo narraron. Los antiguos núcleos de El Mon, Arués, Ribera siempre aquí presentes ofreciendo sus encantos a propios y a aquellos que nos visitan.
El antiguo Condado de Ribagorza con sus orígenes inciertos marcados por los enfrentamientos y ocupaciones sufridas por los francos, y su afianzamiento como territorio independiente tras la intervención de esa gran mujer que fue la Reina Toda de Navarra allá por los siglos IX y X que supo mantenerse así durante casi dos siglos, pasando a ser pieza clave en la formación del Reino de Aragón, siendo esta tierra disputada por catalanes y aragoneses, acabando el sueño condal ribagorzano en la primera mitad del siglo XVII durante el reinado de Felipe IV.
Los avatares de nuestra historia no fueron inconveniente para que las costumbres locales en materia jurídica y económica muy arraigadas durante siglos, fueran incorporadas a los fueros de Aragón, claro ejemplo es la aplicación del derecho aragonés en todo lo relacionado con la fe pública y la gestión testamentaria. Todo ello ha conformado con el pasar de los años unas características propias que nos definen de forma singular.
La vida y en especial la juventud, como en mi caso, nos lleva por caminos diversos y hace que desde la distancia uno vea a su tierra de nacimiento con matices variados que nunca hubiera imaginado. Perarrúa tiene un ejemplo a seguir, el de la advocación del santo que da nombre a su iglesia parroquial Santa Ana la abuela de Jesucristo y que tuvo antaño ermita de la que sólo quedan algunos restos, San Martín, aquel soldado romano que fue capaz de partir su capa con los más necesitados.
Santa Ana es un nombre que arranca de una tradición del siglo II, y que se atribuye a la madre de la Virgen María. Tanto Ana como su esposo Joaquín se acercaron al ocaso de sus vidas sin descendencia. Ana “la madre de la mejor”, como la llama Lope de Vega en el título de una comedia, quiere decir amor y plegaria. No era la primera que llevaba este nombre.
En el libro I de Samuel aparece otra Ana, la madre de Samuel, con una historia parecida a la de la Santa Ana. También ella sentía el oprobio de la esterilidad, porque Dios no le ha considerado digna de darle un hijo que colaborara en la venida del Mesías de Israel. Dios le hizo madre de Samuel, un gran profeta.
Por eso llora y reza la esposa de Joaquín. Presiente que va a llegar el Redentor. Ora incesantemente para acelerar su venida. Pero está triste, porque se envejece en la esterilidad.
Según cuenta la tradición, las plegarias de Ana fueron escuchadas y un Ángel se le aparece en la Puerta Dorada del templo y le profetiza el nacimiento de una niña que se llamará María y será la predilecta del Señor.
En el seno estéril de Ana germinó la plenitud de la gracia. En sus entrañas se realizó el sublime misterio de la Concepción Inmaculada de María “prodigio de prodigios y abismo de milagros”, dice San Juan Damasceno. “Santa tierra estéril, que al cabo produjo, toda la abundancia, que sustenta el mundo”, según expresa Miguel de Cervantes en “La Gitanilla”.
Ana, la madre de María es uno de los prototipos de la esperanza, de aquellos que nunca dejan de esperar el cumplimiento de las promesas de Dios, porque nunca cesan de hacerse disponibles para ser colaboradores en su obra de salvación.
El culto a Santa ana es muy antiguo. En Jerusalén está la Iglesia de Santa Ana, cerca del Templo. Allí vivían, según la tradición, Joaquín y Ana. Y, según la opinión de muchos Padres de la Iglesia, allí nació la Aurora de la salvación, la Virgen María.
Tras estos retazos de nuestra historia y nuestra patrona, hechos a vuelapluma, debemos trasladarnos a nuestro presente. Perarrúa ha sabido conjugar un crecimiento armónico y sostenible, han pasado aquellos tiempos en los que muchos de nuestros vecinos, también mi familia, debían de abandonar nuestros pueblos para buscarse la vida. La actividad rural se ha combinado eficazmente con el turismo y se ha abierto una nueva vía económica la de la actividad turística basada en la cultura, la tranquilidad de nuestro entorno reflejada en el auge del turismo rural y el del deporte de aventura. Mis mejores deseos para el futuro y el desarrollo de estas actividades que ayudan a impulsar no sólo la economía local sino también la doméstica de cada uno de los vecinos.
A Vd. Alcalde y corporación municipal, felicitarles por haber sabido entender que un Ayuntamiento puede convertirse en el motor y el timón del crecimiento económico conjugando en armonía con las otras actividades que le son propias, sin olvidar en ningún momento la aceptación de la colaboración y entendimiento entre todos por el bien del pueblo y por encima de diferencias y diversidad de opiniones ya que éstas son las que enriquecen el debate y el desarrollo de los proyectos.
Y por favor nunca dejen de creer en esa labor diaria y desinteresada que realizan por y para por Perarrúa que es muy importante y bien vale la pena.
Para que valoren la importancia de ser de Perarrúa, también en el mundo de los negocios, les voy a contar la anécdota que recientemente me ocurrió:
Francia ha sido uno de los países en que recientemente nos hemos instalado, por medio de una sociedad que hemos constituido con la Confederación Nacional de Estancos. Primera red de distribución por capilaridad en el mercado francés con mas de 30.000 puntos de venta. Empresa estratégica en nuestro sector porque tienen una cuota del mercado francés del 65% y facturan mas de 2.000 millones de euros de la recarga de los teléfonos móviles de prepago. Por eso la negociación ha sido muy larga y costosa, para quitarle este proyecto a una empresa como la tabacalera francesa.
Bueno, cuando ya está toda la operación lista para comenzar a operar y encontrándonos ya en la parte financiera, un día mi asistente me dice:
“Tiene una llamada muy importante del jefe del BBVA de Paris”, a lo cual me pongo al teléfono y lógicamente comienzo hablando en francés, el citado Sr.. me contesta no, no hace falta que hable en francés, yo también soy Español. Pues mucho mejor, ¿y de que parte de España eres?, le respondí, me dice “soy de Aragón”, a lo cual le vuelvo a preguntar ¿y de que provincia? Me contesta de Huesca. Le digo ¿de Huesca? No me lo puedo creer, que casualidad el Jefe del BBVA en Paris de Huesca, que pequeño es el mundo. Y le vuelvo ha preguntar ya con más curiosidad ¿Eres de Huesca Capital?, a lo cual me dice, no soy de la parte del pirineo ¿conoces el valle de Benasque? Y le respondo por supuesto, como no, le vuelvo ha preguntar ¿pero de que pueblo eres? Y me contesta de un pueblecito cerca de Campo.
Le vuelvo ha decir ¿y como se llama? Me responde no se si le suena, se llama Perarrúa. Se pueden imaginar la sorpresa que se llevo cuando le dije que yo también soy de Perarrúa, no se lo creía. Y fíjense si es importante ser de Perarrúa que ahora la confederación de los 34000 estancos franceses van ha trabajar con el BBVA, por hay dos personas que son de Perarrúa.
A parte de esta anécdota que he puesto solo como ejemplo, también me han ocurrido otras con empresarios, jueces etc que descienden de Perrarúa.
Y voy a finalizar contando y presentando mi humilde monografía.
A los nueve meses mis padres me trajeron a Monzón, coincidiendo con aquella oleada de trabajadores que a principios de los años 60 buscaban en Monzón “El Dorado”, o sea una ciudad con grandes empresas industriales y con todos los servicios generales que puede ofrecer una pequeña ciudad.
Mi infancia paso primero en las Escuelas Nacionales “Joaquín Costa” y después con mis queridos Curas Salesianos, donde no solo me enseñaron grandes valores, si no a vivirlos además con “deportividad”.
De allí y a la edad de 16 años, pasé al mundo laboral. Primero por cuenta ajena, donde me dedique a internacionalizar productos de alimentación y venderlos en los cinco Continentes, siempre con gran pasión e innovación durante casi 20 años.
Después por cuenta propia y en el año 1996, constituí lo que hoy es “Grupo Meflur Comunicaciones”.
Tras esta breve semblanza de Perarrúa, de su pasado y de su presente, quiero desearos lo mejor para vuestro futuro, y en el momento actual lo mejor durante la celebración de vuestras fiestas, no sin antes dejar de insistir en el gran honor que me habéis hecho. Gracias a todos y a todas. ¡Que siga la fiesta!. ¡Viva Perarrúa!