Bernabé Noya Mur

Pregonero oficial villa de Monzón

PREGONERO OFICIAL VILLA DE MONZON

Zagalas y Zagaletas, Ilustrísimo Sr. Alcalde, Representantes de la Corporación Municipal, Montisonenses, ciudadanos, amigos todos;
Cuando, allá por el Mes de Abril, recibí la carta del Presidente del Patronato Municipal de Festejos, invitándome a ser “Pregonero Oficial de las Fiestas de San Mateo”, sentí tanta emoción y alegría que, aunque, poco me gusta hablar en público, pensé, que por Monzón, bien valía la pena. Por eso, lo primero que quiero manifestar, es, mi más sincera gratitud y agradecimiento a esta Corporación Municipal. Es para mí un honor y una gran satisfacción estar hoy aquí.

Vivían mis padres en una aldea de nuestro precioso Pre Pirineo, estando mi madre embarazada y buscando los servicios mínimos de un médico, nací de forma circunstancial en Perrarúa, en casa Rincón.

A los nueve meses mis padres me trajeron a Monzón, coincidiendo con aquella oleada de trabajadores que a principios de los años 60 buscaban en Monzón, “El Dorado”, o sea, una ciudad con futuro, con grandes empresas industriales tales como Monsanto, Hidronitro, Azucarera, etc, y que sobre todo requerían mucha mano de obra.

Una ciudad con muchas oportunidades, buenos colegios, buenos médicos, las mejores comunicaciones en aquellos momentos y sobre todo, con todos los servicios generales que puede ofrecer una ciudad pequeña, pero al fin y al cabo una ciudad.

Mi infancia paso primero en las Escuelas Nacionales “Joaquín Costa” y después con mis queridos  Curas Salesianos, donde no sólo me enseñaron grandes valores, si no a vivirlos además con “deportividad”.

De allí pasé al mundo laboral. Primero por cuenta ajena, donde me dedique a internacionalizar productos de Monzón y venderlos en los cinco Continentes, siempre con gran pasión e innovación durante casi 20 años.

Después por cuenta propia, y en el año 1996, constituí lo que hoy es

“Grupo Meflur Comunicaciones”.

Desde su nacimiento, trabajamos con la ilusión para que Meflur y Monzón fueran una referencia dentro del mundo de la telefonía móvil. No crean ustedes que resulta fácil hacer de Monzón una referencia en el mundo de los negocios de las telecomunicaciones, pero lo que fue al comienzo una dificultad hoy es una ventaja. La plantilla de trabajadores  de Meflur ha conseguido que Monzón sea una denominación de Origen en el sector.

Y con este objetivo, Gracias a Dios, ya cumplido, es hora de marcar otros nuevos. Y esos nuevos proyectos pasan por dos básicamente:

El Primero: Ser un Operador de Telecomunicaciones a nivel nacional pero desde Monzón.

Y el segundo objetivo: Llegar a ser una Multinacional ubicada en la ciudad del Cinca.

Como ha dicho Francisco José Porquet (“Pape” para todos) sobre este pregonero, por cierto, le agradezco personalmente su extraordinaria y magnifica semblanza, la cual me ha enrojecido pero también me he llenado de orgullo, pero bueno, repito, como ha dicho “Pape”, desde luego todo esto no hubiera sido posible sin la ayuda de mi familia que han soportado y sobre todo apoyado en los momentos difíciles de este proyecto y por supuesto, gracias también al equipo de personas que componen la plantilla de Grupo Meflur Comunicaciones.

También ha comentado Pape la posibilidad de que hoy les explique el secreto para ser un “lince” en los negocios, y aunque yo nunca he creído serlo, el ha recogido magníficamente frases a las que siempre me he referido como puntos muy importantes para conseguirlo, o sea, TENER INCIATIVA Y ESTAR A LA QUE SALTA, NO DORMIRSE EN LOS LAURELES Y PERSEVERAR. Pero hoy si que voy a deciros la que falta en esa lista, la más importante, sin la cual las anteriormente citadas no tendrían ninguna efectividad , y os prometo que también me la ha dado MONZÓN, y es conducirse “CON VALORES”.

Hoy en día en la filosofía de la empresa se habla del “Capital humano o de recursos humanos”. Cuando en una empresa lo decisivo son las cifras, es frecuente que se pase por alto al ser humano, el cual es introducido a la fuerza en un sistema y sólo se le valora en la medida en que se produce beneficio y dinero. Quien ve así a las personas, muy fácilmente podría llegar en fechas muy cercanas a sustituirlas por Robots, ya que a menudo estos son más baratos.

Desgraciadamente muchos directivos tienen una imagen del hombre que no se corresponde con el de un ser humano, que siente y piensa. Si aceptamos  como único y exclusivo fin la ganancia, la idea de empresa se queda coja y no se justifica por este sólo concepto.

A  mi modo de ver, la empresa es, como responde a la doctrina social de la Iglesia, un espacio donde confluyen y participan capital y trabajo en busca de un fin común que redunde en beneficio de todos los miembros que la integran. Eso significa en primer lugar, atención a la dignidad de las personas que la componen y sus necesidades, y comunión de ideas de todos sus miembros para contribuir a la creación de la riqueza, la cual debe revertir, en una parte muy importante, a favor del entorno al que pertenece.

Cualquier proyecto debe apoyarse y justificarse en los valores y en la ética, que dicho sea de paso, recientemente se han incluido como asignaturas muy importantes en las mejores escuelas del mundo civilizado.

Personalmente creo en la función social de la empresa, como el Papa León enseñó, o lo que es lo mismo:

En el valor de la JUSTICIA, que debe dar al individuo lo que corresponde en relación con el bien común. No se trata de ser solidario y justo, sino también de la atención, el respeto a la dignidad y la posibilidad de aportar sus capacidades al conjunto de una empresa. La Justicia exige a todo dirigente tener presente el bien de todos los seres humanos.La Globalización solo tendrá éxito si va unida  a los valores éticos, si se convierte ante todo en precursora de la justicia, y no en la explotadora de aquellos que todavía no son lo bastante astutos para asegurarse el mayor provecho.

En el valor de la FORTALEZA que es el ánimo de perseguir lo que se ha reconocido como justo. La fortaleza  no es testarudez. El fuerte no se obstina en mantener su postura a toda costa, más bien es valiente, lucha de corazón. La Fortaleza para combatir la tendencia a evitar cobardemente los problemas, a ceder al miedo, a retroceder ante el peligro y a huir del conflicto.

En el valor de la HUMILDAD, que es el valor para afrontar la propia verdad, el valor para descender mi condición terrena, al barro de mi interior, al reino de sombras de mis pasiones y necesidades reprimidas. Lo contrario es la arrogancia y la soberbia, el orgullo desmedido;

En la virtud de la TEMPLANZA, que requiere conocer la propia medida y vivir conforme a ella. Cada persona tiene su propia predisposición, su potencial de fuerzas y capacidades. Reconocer la propia medida significa averiguar lo que puedo hacer. Quien llega a conocer su propia medida tiene ante sí la tarea de aunar sus fuerzas y dirigirlas hacia su propia meta. El error más grave que puede cometer un dirigente es sobreestimar su propia medida. Pero el responsable debe conocer también la medida de sus colaboradores. En una palabra, “que los fuertes deseen aún más, y los débiles no se desanimen” para que todos lleven su tarea con paz y alegría interior.

Y en el valor de la FIDELIDAD que requiere cumplir lo que ha sido prometido al otro. Hoy es frecuente prometer mucho y cumplir poco, lo cual ocasiona inseguridad y desconfianza. Ahora bien, la confianza es un elemento esencial en la convivencia mercantil. El responsable mantiene su adhesión a su colaborador, aún cuando éste cometa un error. La fidelidad crea en la empresa un ambiente de fiabilidad y seguridad.

No me quiero olvidar de otras virtudes que tienen que acompañar estos valores, como la virtud de la veracidad, la reconciliación, la prudencia, la sabiduría, la fe, la esperanza y el amor, pero el amor en el sentido de la palabra griega “Philia”, o sea el amor de la amistad.

Cuando un directivo será impregnado de ”Philia”, ve a sus colaboradores como amigos, y entorno a él se crea un ambiente amistoso, en el que unos interceden por otros, porque nadie pretende aventajar a nadie, sino que se alegra de las capacidades de los demás. Toda empresa necesita “Philia” para ser algo más que un equipo de trabajo. El espíritu de amistad da alas a los seres humanos.

Monzón cuna de brillantes deportistas, lo es también de eficaces emprendedores. Así lo explican algunos historiadores.

La historia de nuestra ciudad es densa, su carácter emprendedor le viene de antiguo. La antigua Tolous, así le llamaban los romanos, era punto obligado en el tránsito de mercancías y suministros para los íberos ilergetes autóctonos y las legiones que garantizaban la seguridad de su paso por la antigua vía de Ilerda a Osca, camino a éste, no sólo militar sino también comercial entre dos capitales de gran importancia como lo eran Tarraco y Cesaraugusta, la actual Zaragoza.

Desde esa remota época y fundamentalmente luego con la llegada de la cultura islámica florecieron nuestros campos cuidados con las más novedosas técnicas del momento, se construyeron las primeras acequias base fundamental de la economía hasta nuestros días. En torno a ellos crecieron, primero las villas romanas como la del Aldamil , luego las cien almunias dotadas de ingenios mecánicos, puntos de almacenaje de los productos que recogían con sus campos bien irrigados. De toda esa cultura del campo que pasaba a la transformación y conservación de frutos de forma que se iba creando una incipiente industria cuyo exponente principal fueron molinos y las almazaras.

Con la Edad Media plena llegó la reconquista cristiana y Monzón pasó a ser durante un tiempo tierra de frontera, la presencia de los Templarios en la ciudad fue fundamental para su crecimiento y fortalecimiento económico, continuaron con las labores productivas de las antiguas almunias. Mejoraron acequias, caminos, puentes y molinos.

Otro factor importante en la economía de Monzón fueron las numerosas sesiones de Cortes que aquí se celebraron hasta el SIGLO XVII. Grandes hombres de ciencias y técnicas pasaron por aquí, valga de ejemplo Juan de Lastanosa, inventor de no pocos ingenios en ese largo camino hacia la Revolución Industrial.

Tras periodos aciagos marcados por guerras y sobresaltos, a finales de los SIGLOS XVIII Y XIX, se inician esas grandes transformaciones marcadas por la industria y la expansión comercial, Monzón no fue ajeno a ellas y pese a conservar un carácter marcadamente agrícola con la plantación masiva de cereales y herbáceas como la remolacha, y ganadera, cruzada por cabañeras y caminos reales, comenzó a crear un tejido industrial importante que ha llegado hasta nuestros días.

Esas tierras, antes de frontera, hoy son de acogida dando trabajo a muchos cientos de personas llegadas de los lugares más diversos, ello no es una novedad en nuestra historia, basta recordar que Monzón hasta el Siglo XV tuvo una de las juderías más importantes de Aragón con un gran número de artesanos, mercaderes y hombres de ciencia que aportaron mucho a la ciudad y al Reino. En los años 60 del pasado Siglo, el flujo migratorio fue decisivo para el despegue económico de la industria aquí asentada, y base de un comercio floreciente que hoy en algunas de sus especialidades se proyecta con fuerza hacia el exterior. Por eso, hoy Monzón, también es cuna de importantes emprendedores. Y créanme que son muchos los empresarios que tienen ese rol, en esta ciudad.

Y hoy, en el aspecto migratorio, nos espera un enorme reto: Conseguir integrar a todo ese mosaico de personas que huyendo de situaciones injustas desde todos los lugares del planeta, están desde hace apenas unos años entre nosotros. Sólo si tenemos la habilidad de hacerles partícipes de nuestros calores y cultura, recibiremos de ellos la riqueza de su diversidad y esfuerzo para hacer ente todos, ellos y nosotros, un Monzón todavía más culto, solidario y próspero.

Pero bueno, he hablado ya mucho del trabajo y hoy es el día de hablar de la fiesta, pero de la fiesta de San Mateo. Y comienzo recordando nuestro patrón:

San Mateo es el Séptimo de los Apóstoles escogidos por Jesús, en las listas que hacen los evangelios se le denomina como “Mateo el Publicano”. El oficio de publicano era odioso y despreciable por parte de los judíos, ya que se dedicaban a recoger impuestos para el imperio romano que los vejaba y oprimía.

Los publicanos eran tan despreciables como los colaboracionistas con el poder de Roma, de tal manera que cuando los fariseos quieren acusar a Jesús, le dirán que “como con publicanos y pecadores”.

Pero Jesús, le llamó y su respuesta fue rápida e incondicional. Cambió su nombre, Levi, por el de Mateo que significa Don de Dios. Jesús le había fascinado y en adelante ya no se dedicará a recoger y acumular monedas, sino las palabras de vida del Maestro, los tesoros de la verdad en sus hechos, para poderlos comunicar a las generaciones Venideras de su Evangelio.

Mateo se convierte así, de recaudador de impuestos para los romanos en un sabio Escriba, que redactará el Evangelio que lleva a su nombre.

Murió martirizado un 21 de Septiembre y su cuerpo fue trasladado a Salerno.

Pero lo dicho, hoy hablamos de fiesta que es lo que toca.

Si antaño uno de los fines de las fiestas patronales era la celebración y el descanso después de un trabajo duro en la cosecha de los campos. Ahora es completamente diferente. Durante el verano, podemos disfrutar de otras celebraciones pero sin embargo, llevamos esperando un año, que se dice pronto, con muchas ganas nuestras FIESTAS DE SAN MATEO 2005.

Son las fiestas de nuestro Patrón y lo que más nos enorgullece como ciudadanos y vecinos de nuestro Monzón es que, nos hemos reunido miles de personas unidas por una misma causa: Unas fiestas de San Mateo increíbles. Música para todos los gustos, conciertos, las jotas que no falten, diversión para los más pequeños, y no tan “peques” en las ferias, desfile de carrozas, las peñas, que son el gozo de todos los San Mateos, los bailes de madrugada, la vuelta a casa de los más jóvenes cuando brilla el sol…

Niños y niñas, jóvenes peñistas y no peñistas, mayores, ciudadanos todos, ha llegado la hora de disfrutar al máximo, porque después del trabajo llega el descanso, el ocio y con ellos la fiesta. Disfrutemos pues de ella.

Porque MONZON LO TIENE TODO…

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡VIVA MONZON!!!!!!!!!!!!!!!!!

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡VIVA SAN MATEO!!!!!!!!!!!!!

Bernabé Noya Mur